Al acercarnos al CDAN, el edificio adquiere un protagonismo indiscutible. Ubicado en las afueras de la ciudad, se halla rodeado de un gran jardín, un espacio verde, que acoge al visitante y lo acompaña en su llegada al museo.
Quizás durante algún tiempo, la potencia de la arquitectura nos sumió en la ceguera vegetal que ha caracterizado nuestra época y percibimos nuestro jardín tan solo como un decorado natural. En nuestro despertar biofílico, el jardín del CDAN se revela como un fragmento de naturaleza que proporciona un espacio de recreo al visitante o al paseante ocasional, con praderas, encinas, tilos, un jardín seco y hasta un campo de viñas. Un jardín compartimentado que busca encontrar el equilibrio entre belleza, sostenibilidad y fomento de la biodiversidad.
El jardín del futuro, en palabras del paisajista y jardinero Gilles Clément, será aquel en el que disminuya su inversión en mantenimiento y aumente su inversión de conocimiento. En esta línea de pensamiento, el CDAN presenta su temporada Jardines de papel, donde el deseo de profundizar en el conocimiento tanto de la obra del Clément, como de la gestión y acompañamiento de nuestro propio jardín, caminan de la mano.
La muestra Gilles Clément. Jardines de papel, comisariada por Carlos Ávila, (Paisajista y profesor en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura. Universidad de Zaragoza), propone un recorrido por la figura del paisajista francés a través del estudio de sus cuadernos de notas, protagonizando la temporada expositiva de la sala principal del CDAN.
Desde que a mediados de los años 80 del siglo pasado la figura de Gilles Clément comenzase a hacerse hueco en el panorama francés e internacional de la jardinería y el paisajismo, multitud de libros, artículos, trabajos de investigación, grabaciones y reportajes gráficos han analizado tanto sus proyectos como su línea de pensamiento. A ello se suma su afán por la escritura, lo que le ha llevado a conformar una importante bibliografía. Su perfil mediático le ha conferido una resonancia internacional, permitiéndole viajar por diferentes países del mundo exponiendo su personal visión de jardinero, dando como resultado una difusión de su obra en múltiples idiomas: desde el inglés al español, desde el bosnio al japonés.
Debido a todo ello, la muestra no pretende ahondar en esas facetas más difundidas de su trabajo, sino que propone centrarse en los aspectos más inexplorados de su persona, a través de sus escritos no publicados, de sus proyectos más antiguos y/o menos documentados (sobre todo aquellos referidos a jardines privados o a diseños nunca ejecutados) y de su documentación personal (fotografías, autores de referencia, dibujos, textos…). Todo ello, con el objeto de mostrar la evolución personal que le ha llevado a configurar los principales conceptos y proyectos que le han dado fama internacional.
Las temáticas que aborda la exposición se apoyan fundamentalmente en el estudio de algunos de sus cuadernos de notas. Todo ello, aportando una visión desde la motivación personal que defiende Gilles Clément en su trabajo y con un objetivo claro: hacer aflorar a la persona para ponerla en relación con el perfil mediático del personaje.