Comisaria: Gloria Picazo
Coproducción con el Centre d’Art La Panera. Lleida
Catálogo Naturalezas silenciosas: Textos Gloria Picazo, Teresa Luesma, Giovanni Careri, Juan Vicente Aliaga. Centre d’Art La Panera, CDAN, Fundación COFF. 2006.
La colaboración del CDAN con el Centre d’Art la Panera de Lleida ha propiciado la exhibición de una exposición procedente de los fondos de la Fundación Ordóñez-Falcón.
La esfera doméstica, la vanitas, el exceso o el artificio natural son analizados en esta exposición como elementos de la interpretación de la mirada contemporánea. Podríamos admitir que reunir objetos en colecciones es también una lucha contra el tiempo, pero esto tampoco explica el deseo especial que empuja a reunir esos objetos ni, en ocasiones, la selección que guía el hilo conductor de quien, como comisario, realiza el acto comprometido de proponer una lectura pública de una colección privada.
ARTIFICIO NATURAL
Desde que Caravaggio pintara su elogiada Cesta de frutas, que hoy se encuentra en la Pinacoteca Ambrosiana de Milán y que está considerada como la primera pintura en la que un tema humilde y banal es recreado por el gran arte, el género de la naturaleza muerta a menudo ha mostrado y sigue mostrando un componente artificial, con claros indicios escenográficos en cuanto a la disposición de los elementos representados. Partiendo siempre de objetos y elementos reales y cercanos, que incidirían en la voluntad de mantenerse en los cánones de un realismo exacerbado, observamos, sin embargo, recursos que se inclinan por lo compositivo y lo escenográfico, y hacen que una buena parte de las naturalezas muertas presenten un marcado carácter artificioso, en contraste con ese principio de realidad que siempre las caracteriza.
ESFERA DOMÉSTICA
Desde que en el siglo XVII en los Países Bajos empezara a formularse un nuevo género en pintura, como era la naturaleza muerta, con el paso de los siglos, sus leyes estéticas y sus convenciones formales se han ido perpetuando. La naturaleza muerta insiste en referirse a ese espacio doméstico en el que dominan los actos cotidianos. Una cotidianeidad que gira en torno a la mesa, al acto de comer y beber y al repertorio objetual de los que se sirve el ser humano para subsistir físicamente y para llevar a cabo aquellas acciones que forman parte de su existencia diaria. Pero, a su vez, la naturaleza muerta y la evolución del género han dado lugar con los siglos transcurridos la posibilidad de plantear otras lecturas, que tanto pueden estar relacionadas con planteamientos sociológicos como desvelar todo un sistema metafórico en el que la vida alrededor de la mesa permite entrever otros aspectos: ideológicos, económicos, sexuales, etc.
EXCESO
El exceso es una característica que a menudo aparece en la representación de las naturalezas muertas. Un exceso que, al referirse a los alimentos, puede presentarse como la abundancia, la riqueza y la ostentación, o bien inclinarse hacia otros aspectos como el desperdicio, lo sucio, lo decrépito, lo abyecto…, adjetivos, todos ellos, que siguen evocando las situaciones más terrenales de nuestra existencia y a las cuales la naturaleza muerta siempre se ha ido refiriendo a través de los siglos. Frente a la belleza que representa la naturaleza en todo su esplendor, se nos muestra la fealdad implícita en los adjetivos citados, con un contenido latente que insinúa su fuerte carga emocional y metafórica. Al mismo tiempo, actualiza el tema con una aproximación contemporánea y revela posiciones críticas sobre la actual sociedad de la abundancia que impera en el primer mundo.
VANITAS
El nombre proviene del latín y significa vanidad. Como subgénero pictórico, dentro del ámbito de la naturaleza muerta, aparece en el siglo XVII y se impone en el siguiente en Holanda. Se agrupaban objetos alusivos a la brevedad de la vida humana y al carácter transitorio de los placeres y logros terrenales. Calaveras, espejos, cerámicas rotas, flores marchitas, hojas comidas por insectos, alimentos en descomposición y, en ocasiones, relojes, venían a recordar el corto período de tiempo que pasamos en este mundo.
Desde la etapa barroca, las vanitas se han prodigado en la historia de la pintura, llegando incluso al impresionismo. Van Gogh y Cézanne, entre otros muchos pintores, se interesaron por el tema, el cual ha persistido también en el ámbito de la fotografía contemporánea.