Travesías del desierto: del Gobi a Atacama
Organiza:
CDAN-Centro de Arte y Naturaleza y Casa Asia
El proyecto que se presenta es una coproducción de Casa Asia y el CDAN (Centro de Arte y Naturaleza de Huesca), que Magdalena Correa ha realizado en el transcurso de los dos últimos años, después del viaje a la Patagonia que dio lugar a su anterior trabajo titulado “Austral”.
Los antecedentes hay que buscarlos en el interés que para la artista presenta la figura toponímica del “desierto” y sus diferentes variables.
El proyecto empieza con la expedición al desierto del Gobi (China y Mongolia) en julio de 2006, que prolongó a Atacama (Chile) en diciembre del mismo año, antes del seísmo del 14 de noviembre de 2007 que tuvo su epicentro en la región de Antofagasta, con una onda expansiva que alcanzó desde el sur de Perú hasta Valparaíso, el norte de Argentina, Paraguay y el centro de Brasil.
La intención inicial ha sido hacer un estudio comparado de ambos desiertos mediante la investigación de sus características más evidentes. La incorporación de estas geografías en su obra amplía la aportación que la artista inició hace unos años con los registros de arquitecturas urbanas a los que contrapuso a continuación los paisajes de la desolación.
La localización geográfica de ambos desiertos es determinante: el Gobi ocupa una superficie horizontal que ocupa parte de la provincia autónoma china de Mongolia Interior y Mongolia Exterior, limítrofe al sur con China y al norte con la Unión Soviética; mientras que el desierto de Atacama se alarga verticalmente de norte a su en Chile atravesando las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Atacama, a la par que abarca un territorio apresado por el océano Pacífico al oeste y por la cordillera andina al este. La diferencia fundamental entre uno y otro es que el Gobi es habitado por el sujeto nómada y las caravanas de paso que se desplazan de norte a sur y de este a oeste, o a la inversa. Mientras que el desierto de Atacama, el más árido del mundo, en el transcurso de algo más de un siglo, gracias a los yacimientos de salitre y la explotación de este mineral (que llegó a llamarse “el oro blanco de Chile), se convirtió en el motor de la economía chilena y de la industrialización del país.
“Explorar y desvelar el aislamiento, el desconocimiento, la monumentalidad de ambos desiertos y la relación del hombre con su hábitat y evidenciar la apropiación ingenua y salvaje que realiza el hombre de su entorno, luchando por lograr una identidad propia”, explica Magdalena Correa.
Este trabajo es de una beca Ruy de Clavijo otorgada por Casa Asia a la artista y una coproducción realizada con el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN), con la colaboración de Codelco, Carola, el Gobierno de Chile y el Instituto de Promoción y Desarrollo. Tras su paso por la institución, el proyecto itinerará al CDAN de Huesca, Madrid, Nueva York, Sao Paulo, Santiago de Chile y Pekín.