Comisaria: Desirée Orús
Sala 1 CDAN-Fundación Beulas
La Colección Beulas-Sarrate permite ver la evolución de la estética figurativa en el siglo XX, desde las ilustraciones para prensa de Juan Gris al primitivismo expresionista de Karel Appel. La exposición abarca un extenso periodo que va de la primera década del siglo hasta los años noventa. La obra más antigua corresponde al gouache sobre papel de Juan Gris, fechado en 1909. El artista antes de desembocar en el cubismo, comenzó su carrera como dibujante e ilustrador de prensa en Madrid con 17 años. Una actividad que desarrolló con más intensidad en los primeros años de su estancia en París. En este periodo realizó más de 650 dibujos y viñetas tipográficas, así como colaboró con 22 periódicos, 9 españoles y 13 franceses.
La ruptura con el clasicismo del XIX y la renovación artística en las primeras décadas del XX llega de la mano de autores como Juan de Echevarría, quien entra en contacto con el postimpresionismo en París. Influenciado por Paul Gauguin su serie de mujeres gitanas expresan la luminosidad de su paleta. Participó en la exposición de Artistas Ibéricos en 1925 junto con Francisco Bores quien ese mismo año marcha a París. A partir de 1934 cultiva una pintura muy lírica centrada en escenas de interior. En la capital francesa forma parte del grupo de artistas españoles que dará lugar a la Escuela de París, junto con otros pintores como Hernando Viñes, un pintor con un estilo personal contenido y elegante. Mención aparte merece la obra de José Beulas, reconocido internacionalmente por sus paisajes, pero que destacó por sus dibujos anatómicos en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Dibujos de trazo firme y elegante; sencillos, realizados con sanguina y lápiz plomo.
Dentro de la corriente figurativa primitivista sobresale la figura de Joan Brotat. Sus trabajos se centran en la simetría y frontalidad del arte románico. Figuras esquemáticas que respiran un vaho de misterio.
Los años setenta en España supusieron una pluralidad de tendencias artísticas y entre ellas la renovación de los planteamientos figurativos. Sin embargo hay ejemplos más conservaduristas como Rafael Reyes Torrent quien coincidió con José Beulas en la Academia Española de Bellas Artes de Roma. La revolución formal imperante en estos años no siempre se muestra con atrevimiento. Los géneros se difuminan pero los pintores más veteranos conservan sus señas de identidad como es el caso de Manuel López Villaseñor, que en los setenta se centra en una pintura próxima al realismo mágico, con figuras cotidianas extraídas de un entorno familiar. Figuras que emanan un encanto cercano y entrañable, se pueden encontrar en la obra de María Cruz Sarvisé. De este periodo destaca la pieza de Modesto Cuixart, cuya obra evolucionó desde el informalismo a la figuración expresionista, con especial atención a la figura femenina en clave erótica.
Las transformaciones sociales y culturales se manifiestan en los ochenta a través de la crisis de la vanguardia. La idea de modernidad se plasma en la reflexión sobre la pintura como elemento capaz de superar la dicotomía entre abstracción y figuración. Prueba de ello son los oscenses Enrique Torrijos o Chema Durán. En estos años destaca el Grupo Atlántica, al que pertenecieron Menchu Lamas y Antón Patiño. Una libre asociación de artistas gallegos que desarrolló un lenguaje propio basado en el uso vibrante del color y la renovación figurativa a través de la iconografía celta, sin olvidar su vinculación con el movimiento alemán de los Nuevos Salvajes. Una pintura expresionista de la que también bebe el polifacético Jaume Plensa.
La aportación internacional está protagonizada por Francis Bacon, el pintor que supo expresar la oscuridad del alma humana. La provocación de la sencillez del lenguaje infantil de Karel Appel. Los personajes poéticos ubicados en la ensoñación de Roberto Matta y el desgarro de la anatomía como denuncia de la convicción de los horrores indigenistas de Oswaldo Guayasamín.
La exposición también incluye una selección de esculturas de la Colección Beulas-Sarrate. Obras de carácter figurativo entre las que se encuentra una pequeña pieza de Salvador Dalí que representa a San Narciso de las moscas, una obra realista con reminiscencias conceptuales surrealistas. No podía faltar Joaquín García Donaire, autor vinculado a José Beulas que durante su estancia en la Academia de Roma en la segunda mitad de los años cincuenta, plasma una obra de figuras de equilibradas proporciones. Otro artista coincidente en Roma es José Carrilero que junto con Donaire forman parte del Grupo Seis Escultores en la década de los sesenta. Se les ha encuadrado dentro de la Nueva Figuración. Esta exposición además quiere rendir un pequeño homenaje a José María Subirachs, fallecido este año, con la exhibición de la obra “Las Horas” fechada en 1973. Subirachs pasará a la historia del arte como el autor de las esculturas de la fachada de la Pasión del templo de la Sagrada Familia, en Barcelona, un encargo al que dedicó casi 20 años en su etapa de madurez creativa. A partir de los años setenta conformó su iconografía característica, producto de sus constantes reflexiones acerca de la relación hombre-mujer, la vida y la muerte. Una dualidad dialéctica, que contrapone elementos que se oponen y se complementan.
Desirée Orús
LISTADO DE OBRAS EXPUESTAS
KAREL APPEL. Homme. Óleo o acrílico sobre papel entelado. 89 x 59 cm. 1987
EDUARDO ARRANZ BRAVO. Sin título. Grabado sobre papel. 48 x 35 cm. 1983
FRANCIS BACON. Study for human body. Litografía sobre papel. 162 x 120 cm. 1987
JOSÉ BEULAS. Estudio anatómico. Lápiz sobre papel. 40 x 30 cm. 1952
JOSÉ BEULAS. Estudio anatómico. Lápiz sobre papel. 40 x 30 cm. 1952
FRANCISCO BORES. Intereur. Óleo sobre lienzo. 65 x 73,30 cm. 1935
JOAN BROTAT. Tres figuras. Óleo sobre lienzo. 92 x 73 cm. 1962
JOAN BROTAT. Sin título. Óleo sobre lienzo. 57 x 57 cm. Mirar en el cuadro el año.
MIGUEL CONDÉ (Pittsburgh, 1939). Sin título. Óleo sobre lienzo. 100 x 90 cm. 1986-88
MODESTO CUIXART. Deformacions 10 – Petons ocults. Técnica mixta sobre papel. 52 x 37 cm. 1971
ANTONIO BLARDONY. Ventana. Óleo sobre tabla. 73 x 54 cm. 1974
CHEMA DURÁN. Lector. Técnica mixta sobre tela. 80 x 65 cm. 1988
JUAN ECHEVARRÍA. Gitana. Óleo sobre tela. 82 x 62 cm. 1920
OSWALDO GUAYASAMÍN. Figura de espaldas. Litografía. 67 x 75 cm. 1982
JUAN GRIS. Pierre Garnete de Sanchair. Gouache sobre papel. 35 x 27 cm. 1909
MENCHU LAMAS. Peces y hombres. Acrílico sobre lienzo. 220 x 200 cm. 1984
FRANCISCO MATEOS. El miedo. Óleo sobre tela. 81 x 100 cm. 1971
FRANCISCO MATEOS. Viejo Madrid- El reservado. Técnica mixta sobre papel. 50 x 55 cm. 1942
ROBERTO MATTA. Hoy. Óleo sobre tela. 152 x 151 cm. 1994
ANTÓN PATIÑO. Orixe. Óleo sobre lienzo. 97 x 195 cm. 1984
JAUME PLENSA. Sin título. Técnica mixta sobre tela. 150 x 106 cm. 1982
MARÍA CRUZ SARVISÉ. Figura. Óleo sobre tela. 93 x 74 cm. 1979
LUIS SAUMELLS. Antipapa. Acuarela sobre papel. 50 x 65 cm. 1970
JAVIER TRESACO. Serie metaphysical works. Óleo sobre lienzo. 130 x 97 cm. 1997
RAFAEL REYES TORRENT. La jaula. Óleo sobre tela. 73 x 60 cm. 1973
ENRIQUE TORRIJOS. Sin título. Técnica mixta sobre tela. 137 x 103 cm. 1982
ENRIQUE TORRIJOS. Suceso nº 8. Tinta sobre papel. 74 x 67 cm. 1982
AGUSTÍN ÚBEDA. Velada con bienvenida. Óleo sobre tela. 54 x 65 cm. 1980
MANUEL VILLASEÑOR. Ni se conocen. Óleo sobre tela. 38 x 46 cm. 1971
HERNANDO VIÑES. Estudio de perfil. Óleo sobre lienzo. 100 x 81 cm. 1928
RAFAEL ZABALETA. Mujer con gato. Óleo sobre lienzo. 100 x 81 cm. 1955
ESCULTURAS
JOSÉ CARRILERO. Cabeza. Bronce. 36 x 40 x 31 cm. 1979
SALVADOR DALI. San Narciso de las moscas. Bronce. 13,5 x 7 x 9 cm. 1970
ÓSCAR ESTRUGA. Figuras. Bronce. 30 x 24 x 16 cm. 1984
JOAQUÍN GARCÍA DONAIRE. Figura sentada. Bronce. 28 x 19 x 16 cm. 1962
JOSÉ PLANES. Figura. Arenisca blanca. 63 x 22 x 18 cm. 1974
JOSÉ MARÍA SUBIRACHS. Las horas. Bronce. 15 x 55 x15 cm. 1973