A lo largo de la historia, la Península Ibérica ha tenido una estrecha relación con numerosas culturas y civilizaciones, lo que ha supuesto una gran riqueza cultural y hereditaria. Importantes ciudades que representaban a grandes culturas, se fueron asentando en la península, creando una importante huella física y cultural en la memoria colectiva. Ciudades íberas, celtas, romanas, griegas o fenicias, emblema de sus respectivas culturas hoy desaparecidas y marcadas emotivamente en el recuerdo por mitos y leyendas. Nos acercamos, a través de ciudades tan importantes como sugerentes, a las gentes que poblaron antiguamente Occidente. En definitiva, nos acercamos hasta nuestros días, hasta nosotros mismos, herederos de rasgos, actitudes y posiciones ante la vida que han quedado grabados en nuestra memoria más básica y que algún día pertenecieron a otras gentes, a nuestro pasado.