La colección de escultura constituye la segunda parte del legado, donación del matrimonio Beulas-Sarrate al Ayuntamiento de Huesca, con 62 esculturas.
La gran mayoría de las piezas son de pequeño formato, ya que en ningún momento el matrimonio colecciona con una intención museable; solo algunas esculturas son de grandes dimensiones, propias de espacios exteriores. Este último grupo está ubicado en el jardín de la finca del matrimonio, situado en la carretera de Ayerbe y cedido por el pintor a la Fundación Beulas (actualmente recinto privado).
La mayoría de la obra escultórica está realizada en bronce con diversas texturas, algunas de ellas sobredoradas, como las de Dalí, o meticulosamente pulidas, como las de Serrano. Encontramos alguna terracota, como la de Martí Sabe, obra en hierro de Javier Sauras o talla de madera de Amador Rodríguez. En cuanto a los temas, se aprecia cierta uniformidad, ya que en líneas generales se trata de una colección figurativa en el sentido más académico (salvo ciertas excepciones), destacando la figura femenina.
Forman la colección de escultura un total de 64 piezas que pertenecen a 33 escultores, de los que 24 participan en el legado con una sola pieza; los otros 9 componen dos terceras partes de la colección, y de ellos las aportaciones más numerosas corresponden a Venancio Blanco, José Carrilero Gil, Joaquín García Donaire y César Montaña. Estos dos últimos fueron, con Beulas, miembros de las últimas promociones de pensionados en Roma.
Comienza a formarse esta colección durante la estancia del matrimonio en Roma, entre 1955 y 1960, al comprar la primera pieza a un ex pensionado. Dicha estancia en la capital italiana se debe a una beca obtenida por el pintor catalán y concedida por el Ministerio español. Este seleccionaba cada cinco años a nueve artistas de diferentes especialidades para una beca de estudios en la Academia Española de Roma. Allí se conocieron muchos de los que hoy engrosan el listado de nombres de esta colección. Como explica Beulas, “no se nos habría ocurrido gastar nuestro primer sueldo en liras en una escultura. Pero por suerte lo hicimos y ahí empezó nuestra afición (…) El resto fue llegando a lo largo de esos treinta años”.
La nueva figuración se formó casi exclusivamente en Madrid. Venancio Blanco, Jesús Valverde, Joaquín García Donaire, José Carrilero y César Montaña son sus representantes. En 1964 se presentaron como grupo en el panorama español exponiendo en la Dirección General de Bellas Artes.
De esta manera, a pesar de no estar concebidas inicialmente como colección, las obras conforman un conjunto de esculturas representativas de un determinado momento y comportamiento de la cultura oficial española.