VILLARROCHA LLAMA A LA PUERTA DEL LEGADO BEULAS-SARRATE EN EL CDAN

VILLARROCHA LLAMA A LA PUERTA DEL LEGADO BEULAS-SARRATE EN EL CDAN

VICENTE VILLAROCHA“KNOCK, KNOCK”tras la puerta
Inauguración 11 de abril a las 20 horasExposición: 11 abril – 18 mayo 2008
El artista Vicente Villarrocha es el encargado de la sexta mirada al legado Beulas-Sarrate con la propuesta «KNOCK, KNOCK»tras la puerta, dentro del programa Asomarse al Interior. Nuevos horizontes en la geografia personal de la Colección Beulas-Sarrate.ASOMARSE AL INTERIOR 06Nuevos horizontes en la geografía personal de la Colección Beulas-SarrateComisaria: Chus Tudelilla
En la fábrica donde trabajó mi padre casi toda su vida, a la que me llevaba, de niño, el día de Reyes para recoger un juguete de colores del siglo pasado y una caja de pinturas de palo, había en todas las puertas un cartel que decía, más o menos: “Las puertas se han hecho para permanecer cerradas, si se quedan abiertas no hacen falta”. Ese recuerdo de infancia me generó el convencimiento de que dejar una puerta abierta era como mentir un poco, como provocar un sinsentido. Mi padre, ya enfermo, recordaba muchas veces aquel cartel de las puertas de la fábrica, bien para cerrar interminables debates, bien para concluir opiniones.En un libro ilustrado que me regalé (infantilmente) en mi primer veinte cumpleaños, una edición barata que aún conserva el precio en pesetas, escrito a lápiz (“200”), una suerte de “manual de instrucciones” para entender (más o menos) las cosas de los estilos artísticos, aparece en la primera página un dibujo a tinta de Roy Lichtenstein que representa, con esas líneas características del comic, una puerta cerrada sobre la que se lee un onomatopéyico “KNOCK, KNOCK” entre trazos expresivamente sonoros, como si alguien golpease detrás. Siempre he pensado que quien llamaba tras la puerta era la pintura. Y no me refiero exclusivamente al expresionismo abstracto o “action painting” (que tanto quiero), sino a la pintura pintada, valga la redundancia, que está detrás de las puertas que los “tempos” de interpretación de lo mismo va concluyendo.En Madrid, cerca de mi casa, hay una especie de espacio urbano, remedo de retranqueos constructivos con ínfulas de plaza, que se nombra como “Puerta Cerrada”. Responde la denominación a un tiempo antiguo y a una situación (las ciudades encerradas tenían, naturalmente, puertas). En los primeros años ochenta las medianerías ciegas de los edificios que dan espaldas a la plaza se llenaron de pinturas que abrían un tierno horizonte creativo y cerraban, al tiempo, la posibilidad de ver aquello sin la imperativa presencia de lo pintado. En la propuesta para asomarme al interior de la colección Beulas-Sarrate se deslizó coloquialmente la noción de “autorretrato” a la hora de mirar tras la puerta que la guarda. El pretexto, pues, esta servido. Porque para asomarse a un interior bastaría una ventana (una rendija ya sería suficiente), pero para acceder es imprescindible traspasar una puerta. Y en un enfoque hermenéutico, la selección de obras solo se comprenderá desde el intento del que se “retrata” aquí, de ofrecer una visión existencialista y fenomenológica (al menos en sus valores contextuales o de argumento). Se trata de arañar un campo visual potencialmente poético, por ejemplo partir especularmente de estos versos (que tomo prestados de Ángel Guinda): “Todo interior es claro cuando tiene / clara noción del exterior oscuro / y reclama la luz que le conviene”.
En la argumentación “el modelo explicativo llamado estructural no agota el campo de las actitudes posibles que podemos adoptar ante un texto” (anota Paul Ricoeur). La metáfora, que genera un incremento icónico, según tengo aprendido, al figurar el sentido de lo mostrado, va a ser compañera de las pinturas elegidas, precisamente por haber sido “pintadas” a puerta cerrada. Tras las puertas que las vanguardias históricas (y la práctica del arte, en general) han venido abriendo y cerrando. Entre las dos posibilidades barajadas a la hora de mostrar esta selección de obras, por un lado el intentar definir los “momentos de intensidad” de la colección y por otro, el atreverse a algo más prospectivo (más en la línea visual de la metáfora) he elegido, ya lo habrán notado, la puerta.
Y entre el símbolo, principio de teoremas variados y la metáfora, enigma de definición, se extiende un amplio mapa orográfico de la cultura pintada en el que habitan esas “figuras del espíritu” de las que hablaba Hegel.
HORARIOMartes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 20 hDomingos y festivos 10 a 14 y de 17 a 20 h
A partir del 1 de mayo horario de verano Martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 21 hDomingos y festivos 10 a 14 y de 17 a 21 h
Lunes cerrado
Visitas guiadas gratuitas sábados 12 y 18 horas domingos 12 horas
Entrada gratuitaGrupos concertar visitas
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