El pintor José Beulas Recasens (Santa Coloma de Farnés, Girona, 1921 – Huesca, 2017) empezó su afición por la pintura retratando el paisaje gerundense que rodeaba su localidad natal. Muy joven descubre la histórica Escuela de paisajistas de Olot, cercana a Santa Coloma e integrada por pintores como Mir, Vayreda, Urgell, o Soler y Jorba. En ese momento toma conciencia de la importancia de la formación y de la adquisición de una técnica.
A principios de la década de los 40 se desplaza a la provincia de Huesca para cumplir el servicio militar en el Cuerpo de alta Montaña. Este traslado resulta fundamental ya que el paisaje oscense se convertirá en uno de los temas esenciales de su obra. En este tiempo compagina su oficio de sastre con su actividad militar y su interés por la pintura.
Tras su matrimonio con María Sarrate en 1946, Huesca se convierte en su lugar de residencia. En 1947 viaja a Barcelona para recibir clases de dibujo en la academia Baixas. Desde entonces la vocación de Beulas queda claramente consolidada, y su mayor interés es continuar mejorando su formación.
En 1948 recibe una beca por parte de la Diputación Provincial de Huesca que le permitió ingresar en la Escuela de Bellas Artes de la Academia de San Fernando en Madrid. Su paso por San Fernando está marcado por las enseñanzas que recibe de un equipo de profesores entre los que destacan Ramón Stolz y Vázquez Díaz, quienes influyen en el artista. El legado que José Beulas realiza a la ciudad de Huesca contiene buena muestra de los trabajos realizados en aquellos años pasados en la Escuela de San Fernando.
Tras abandonar la Academia en 1951, es pensionado en el Monasterio de El Paular en Madrid. Posteriormente es becado también en Segovia, por la Escuela Superior de Bellas Artes. Pero su centro de gravedad sigue siendo Madrid. Su estancia en la capital española le permite estudiar los clásicos, visitando con asiduidad el Museo del Prado. Entre los artistas del momento en España admira a Benjamín Palencia y a Ortega Muñoz, cuya influencia se deja sentir en su trabajo. En 1954 realiza su primer viaje a París, ayudado por una beca de grabado. Inicia entonces su fase de consolidación y reconocimiento.
En 1955 gana, por oposición, la beca del Ministerio de Asuntos Exteriores para asistir a la Academia Española de Bellas Artes de Roma. La estancia en Roma será una experiencia decisiva en la formación de Beulas, dado que es en Italia donde acaba decantándose definitivamente por el paisaje como tema fundamental de su pintura, y donde tiene sus primeros éxitos. Allí entró en contacto con numerosos artistas. Entre los que fueron sus compañeros destacan Echauz, Reyes Torrent, García Donaire, Cesar Montaña, García de Paredes o Javier de Carvajal. Beulas empieza entonces su colección de arte, comprando a sus compañeros y amigos algunas piezas. Su estancia en Italia le permite, además, exponer en diversas ciudades italianas como Roma, Bolonia, Palermo o Agrigento, participando también en la Bienal de Venecia entre 1957-1959.